jueves, 20 de enero de 2011

Hay veces que te encuentras atrapado en una tela de araña. Pides socorro, pero el eco es tan débil que sales a la calle a deslizarte entre garitos antes de que salga el sol. Hasta el humo de un cigarro parece intoxicarte; te corta la respiración encontrar tu mitad a la vuelta de la esquina. Te insulta la prensa rosa, el vecino de enfrente es el ganador en la batalla por el ascensor. Te tomas todo esto con filosofía y retrocedes. Anciano, adulto, adolescente, niño; vuelves al punto de partida. Encuentras la gasolina en sus ojos, las fuerzas para recuperarte. Es esa persona que duerme contigo, en tus sueños, pero que cuando despiertas no encuentras ni rastro de ella. Y bien, ya está aquí, ha venido por ti. Es el momento en el que te das cuenta que has escogido el camino adecuado, que la vida es como un navegador GPS: no siempre te conduce por el camino más rápido, pero sí por el más seguro.

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