lunes, 23 de enero de 2012

que no te vicie el recuerdo

Quizá tener cicatrices no sea tan malo después de todo. Nos recuerdan los lugares donde hemos estado y los retos que hemos superado. Nos sirven como experiencias y nos ayudan en las  heridas que se pueden crear en el futuro. Aunque también tienen contra indicaciones; a veces duelen, además una maldita canción o el parpadeo de una luz cualquiera puede ser suficiente como para abrir todos los candados que en su día pusiste y romper la barrera que tenías hecha, y de repente los recuerdos salen en mogollones; mudos, gritones, tristes, alegres, en vídeo o en foto de carnet, eso no importa, lo que realmente importa es que si no los paras cuanto antes pueden causar estragos y romper las reconstrucciones que ya habías hecho;
y es que una recaída más podría causar daños un poco más irreparables.

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